Anticoncepción para la enfermedad inflamatoria intestinal crónica
La sexualidad, la pareja y la planificación familiar están estrechamente ligadas a la salud, el disfrute de la vida y el bienestar personal. Cuestiones como la anticoncepción, el embarazo y el parto desempeñan un papel crucial en este sentido. Las mujeres jóvenes, en particular, suelen preocuparse por la cuestión de qué método anticonceptivo es el mejor para ellas. La elección es enorme y, por lo tanto, la decisión no siempre es fácil. En el caso de las personas afectadas por una enfermedad inflamatoria intestinal crónica, suele haber más incertidumbres. Muchas personas con EII se preguntan cómo pueden influir en los métodos anticonceptivos la medicación que toman, el curso actual de la enfermedad o las operaciones pasadas. Por lo tanto, es crucial encontrar una solución individual junto con el ginecólogo tratante para protegerse de forma fiable de un embarazo no deseado con la anticoncepción adecuada. En esta entrada del blog encontrará más información sobre la anticoncepción en la enfermedad inflamatoria intestinal crónica.
Anticoncepción para el DCE
Dado que la evolución de la enfermedad, la medicación tomada y las necesidades personales de los enfermos de EII difieren de una persona a otra, no es posible hacer una recomendación generalizada sobre anticoncepción con EII. Por ejemplo, es posible que la medicación utilizada para el tratamiento afecte a determinados órganos, como el hígado. Por lo tanto, los anticonceptivos que también afectan a estos órganos pueden suponer una carga adicional. Además, la formación de fístulas en la zona genital podría influir en los métodos anticonceptivos intrauterinos, es decir, los que se introducen directamente en el útero, y dificultar la inserción de un DIU, por ejemplo. Por lo tanto, debido a las diversas situaciones que hay que tener en cuenta, es fundamental discutir siempre el método anticonceptivo con el médico que te trata y adaptarlo a tu situación personal.
Diversos métodos anticonceptivos
Las EII, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, suelen asociarse a un trastorno de la absorción, es decir, a una absorción inadecuada de las sustancias. Sin embargo, como los principios activos de los anticonceptivos ingeridos por vía oral se absorben en las secciones superiores del intestino delgado, que no se ven afectadas en muchos pacientes con EII, la eficacia de los preparados ingeridos por vía oral suele estar garantizada en condiciones estables de la enfermedad. Sin embargo, durante los brotes agudos o con diarrea grave, el tránsito puede acelerarse de modo que la absorción del principio activo se reduzca o se impida por completo. En tal caso, la anticoncepción puede verse limitada.
Un ejemplo es la píldora anticonceptiva. Tras su ingestión, sus principios activos entran en el torrente sanguíneo a través del intestino delgado. Si hay diarrea grave, la absorción puede verse afectada, lo que reduce el efecto anticonceptivo. Además, en general, los anticonceptivos hormonales pueden representar una carga adicional en función de la fase de la enfermedad. Además, el riesgo de trombosis desempeña un papel central en los métodos hormonales para evitar un embarazo no deseado, ya que de todos modos puede aumentar en los enfermos de EII. En este contexto, en las consultas médicas se suele hablar de preparados sólo de progestágenos o de métodos anticonceptivos no hormonales.
En cambio, los métodos no hormonales no suelen verse directamente afectados por la EII. Los preservativos, por ejemplo, tienen la ventaja adicional de proteger contra las enfermedades de transmisión sexual. En el caso de los métodos anticonceptivos intrauterinos, los cambios anatómicos, como la formación de fístulas en la zona genital, pueden influir y dificultar o incluso imposibilitar la inserción de un DIU de cobre, por ejemplo. En última instancia, la solución más adecuada depende de la situación sanitaria de cada persona y siempre debe discutirse con detenimiento.
Conclusión
La anticoncepción en la enfermedad inflamatoria intestinal crónica requiere un asesoramiento individualizado, ya que la actividad de la enfermedad, la medicación y las posibles operaciones pueden influir en la eficacia y la tolerabilidad de los distintos métodos. Aunque los preparados hormonales suelen ser fiables en condiciones estables, su efecto puede verse limitado durante los brotes agudos. También debe tenerse en cuenta el riesgo potencialmente mayor de trombosis en los enfermos de EII. Los métodos no hormonales suelen verse menos afectados por la propia enfermedad, pero pueden complicarse por los cambios anatómicos. Es importante que la elección del método anticonceptivo se haga siempre en estrecha consulta con el ginecólogo tratante y se considere una responsabilidad compartida dentro de la pareja.
Datos breves:
En condiciones estables, los preparados hormonales suelen ser fiables. Sin embargo, su efecto puede ser limitado durante los brotes agudos.
Los métodos no hormonales suelen verse menos afectados por la enfermedad en sí, pero pueden complicarse por los cambios anatómicos.
La anticoncepción para la enfermedad inflamatoria intestinal crónica requiere un asesoramiento individual, ya que la actividad de la enfermedad, la medicación y las posibles operaciones pueden influir en la eficacia y la tolerabilidad de los distintos métodos.
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