Acupuntura para la EII: una opción terapéutica complementaria

Muchas personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) crónica, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, buscan otras formas de tratar su enfermedad además de [...].

La imagen muestra a una mujer joven tumbada en el diván de un médico con el estómago al descubierto. Se ven algunas agujas de acupuntura en su espalda. El médico inserta otra aguja. El médico está a la izquierda de la imagen. La imagen simboliza la acupuntura como opción terapéutica complementaria para la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Muchas personas con enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (EII), como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, buscan otras formas de aliviar sus síntomas además del tratamiento farmacológico. Según los estudios, alrededor de la mitad de los afectados utilizan Procedimientos médicos complementarios - a menudo por el deseo de abordar las dolencias de forma más exhaustiva o de mejorar la calidad de vida.

Las actuales directrices S3 también recomiendan el uso complementario de métodos como los enfoques basados en la atención plena, el yoga, las cáscaras de psilio, la curcumina -o la acupuntura- en determinadas condiciones. En este artículo analizamos el papel de la acupuntura en la EII y explicamos cómo funciona, cómo es el tratamiento y qué hay que tener en cuenta. Importante: Los métodos complementarios deben utilizarse siempre en estrecha consulta con el médico que te trata.

La acupuntura es una rama de la Medicina Tradicional China (MTC) y se utiliza allí desde hace varios milenios. En los países occidentales, se ha ido introduciendo cada vez más en la atención médica en las últimas décadas, sobre todo para el dolor y las dolencias funcionales.

La acupuntura consiste en la inserción dirigida de finas agujas en puntos definidos de la piel, conocidos como puntos de acupuntura. Estos puntos están situados a lo largo de vías energéticas conocidas como meridianos. El objetivo es estimular los procesos reguladores del propio organismo a través de las agujas, sin administrar ningún principio activo.

¿Cómo actúa la acupuntura en la EII?

Según la MTC, la energía vital ("Qi") fluye por el cuerpo a lo largo de los meridianos, cada uno de los cuales está asignado a un órgano específico. Si el flujo de energía se interrumpe -por ejemplo, por estrés, enfermedad o exceso de trabajo-, pueden producirse dolencias. La acupuntura intenta restablecer el equilibrio estimulando específicamente determinados puntos.

Se utilizan agujas de acero, plata u oro. Los estímulos pueden intensificarse girando, levantando, bajando o calentando las agujas. El objetivo es regular los circuitos funcionales afectados, es decir, influir positivamente en los síntomas físicos y psicológicos.

Acupuntura para la EII: ¿qué dicen los estudios?

En la directriz S3 sobre la EII, la acupuntura se recomienda como posible terapia coadyuvante en determinadas condiciones, sobre todo en casos leves o moderados. Los estudios demuestran que para muchos enfermos

  • Aliviar el dolor,
  • reducir la actividad de empuje,
  • reforzar el bienestar mental y
  • puede contribuir a una mejora general de la calidad de vida.

La acupuntura no es en absoluto un sustituto del tratamiento médico convencional, pero puede complementarlo de forma útil, especialmente en el caso de dolencias funcionales como el dolor abdominal o los trastornos del sueño. No obstante, es importante tener en cuenta que la coordinación individual dentro del equipo terapéutico es esencial para evitar interacciones y armonizar el concepto global del tratamiento.

¿Cómo funciona un tratamiento de acupuntura?

Al principio, se habla detalladamente de los síntomas individuales. Sobre esta base, el médico selecciona una combinación de puntos de acupuntura adecuados, que pueden ajustarse a medida que avanza el tratamiento.

Para el tratamiento propiamente dicho, los pacientes suelen permanecer tumbados en una habitación tranquila. Dependiendo del diagnóstico, se insertan entre ocho y 18 agujas en la piel. La inserción suele durar unos minutos y las agujas permanecen en el cuerpo unos 20 minutos después.

La profundidad de penetración varía entre unos pocos milímetros y hasta tres centímetros, dependiendo del punto. Puede sentirse una ligera sensación de presión o pesadez en los puntos, lo que indica que la estimulación es correcta. Sin embargo, no debe producirse dolor intenso.

Por regla general, una serie de tratamientos comprende unas 10-12 sesiones a lo largo de un periodo de cinco a siete semanas. En función de los progresos y la respuesta al tratamiento, puede tomarse la decisión de continuar.

Conclusión

La acupuntura puede ser un complemento útil del tratamiento médico convencional de la EII, en particular para aliviar los síntomas funcionales y mejorar el bienestar general. Los estudios han demostrado efectos positivos en determinados grupos de pacientes, por lo que la directriz S3 también incluye la acupuntura como posible medida complementaria.

Sigue siendo importante: Los procedimientos complementarios como la acupuntura deben estar siempre supervisados por un médico y no deben considerarse un sustituto de la terapia antiinflamatoria. Cualquier persona abierta a nuevos enfoques puede beneficiarse de un tratamiento integrador, siempre que se coordine de forma profesional y se aplique con responsabilidad.

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