
¿Por qué es importante el ejercicio en la EII?
La actividad física regular puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar el bienestar general de las personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Sin embargo, mantenerse activo no siempre es fácil cuando se padece la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa. Muchos se enfrentan a retos físicos y emocionales que dificultan la inclusión del ejercicio en su rutina diaria.
🧩 Obstáculos comunes para hacer ejercicio con la EII
- BrotesSíntomas intensos como el dolor abdominal, la diarrea y la fatiga pueden hacer casi imposible la actividad física durante las fases activas.
- Baja energíaLa fatiga crónica es un síntoma frecuente de la EII, que dificulta la motivación y la resistencia.
- Deficiencias nutricionalesLa mala absorción y los problemas digestivos pueden causar deficiencias, reduciendo el rendimiento físico.
- Efectos secundarios de los medicamentosAlgunos tratamientos provocan pérdida muscular o debilidad ósea, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
- Tensión mentalEl estrés continuo, la ansiedad o la depresión pueden disminuir la motivación y afectar a los niveles de energía.
- Limitaciones individualesCada persona con EII tiene sus propias necesidades, por lo que encontrar el tipo y la intensidad de ejercicio adecuados suele requerir orientación médica.
💪 Los beneficios del ejercicio en la EII
- Refuerza la función inmunitaria y puede ayudar a reducir la inflamación
- Reduce la fatigauno de los síntomas más comunes de la EII
- Fortalece músculos y huesosespecialmente importante para los pacientes de Crohn
- Estimula la autofagiaun proceso de limpieza celular que favorece la cicatrización
- Mejora el microbioma intestinal y refuerza la barrera intestinal
- Regula el estrés y favorece la resiliencia emocional
🏃♀️ 12 consejos para hacer ejercicio con EII
1. Elija el deporte adecuado para usted
No todas las actividades son adecuadas. Elija algo agradable y fácil de integrar en su rutina. Los deportes de bajo impacto, como caminar, nadar, montar en bicicleta o hacer yoga, suelen tolerarse mejor que los entrenamientos intensos. Son más suaves para las articulaciones y la digestión.
2. Escucha a tu cuerpo
Presta mucha atención a las señales de tu cuerpo. Si sientes dolor, malestar o fatiga extrema, tómate un descanso o reduce la intensidad. Un esfuerzo excesivo puede ser más perjudicial que beneficioso.
3. Empezar despacio y construir poco a poco
Comience con actividades ligeras y aumente lentamente la duración y la intensidad con el tiempo. Esto ayuda a tu cuerpo a adaptarse y evita lesiones o contratiempos.
4. La constancia por encima de la intensidad
Objetivo ejercicio regular y moderado varias veces por semana en lugar de sesiones poco frecuentes e intensas. Solo 10-15 minutos de movimiento diario pueden aportar beneficios duraderos.
5. Manténgase hidratado
Los pacientes con EII suelen ser propensos a la deshidratación. Asegúrate de beber suficiente agua antes, durante y después del ejercicio para mantener el equilibrio y favorecer tu rendimiento.
6. Adapte su alimentación
Toma comidas ligeras y fáciles de digerir antes de entrenar, y elige tentempiés ricos en proteínas después para la recuperación muscular. Para más consejos, consulta nuestro post: 14 consejos de nutrición para la EII
7. Evitar el sobreesfuerzo
Los entrenamientos intensos pueden empeorar los síntomas o desencadenar brotes. Limítate a tus límites y adapta el ejercicio en función de cómo te sientas.
8. Incorporar técnicas de relajación
Actividades suaves como yoga o tai chi reducen el estrés y favorecen la relajación. Combinan el movimiento con ejercicios de respiración, que benefician tanto al cuerpo como a la mente.
9. Programar pausas
Planifica breves descansos durante tus entrenamientos para que tu cuerpo tenga tiempo de recuperarse. Esto es especialmente importante con la EII para evitar forzarte demasiado.
10. Evitar el ejercicio con EII durante un brote
Cuando sufras un brote, el descanso es prioritario. Evita los entrenamientos intensos durante este periodo y, si te sientes capaz, realiza movimientos ligeros, como paseos cortos.
11. Trabaje con su médico
Consulte siempre a su médico antes de empezar o cambiar su rutina de ejercicios. Puede ayudarle a diseñar un programa que se adapte a su enfermedad y a sus necesidades.
12. Disfrute del movimiento
El ejercicio debe ser algo que te haga sentir bien. Elige actividades que te diviertan, te ayudarán a ser constante y a crear un hábito duradero.
⚡ Resumen: Deporte y movimiento con la EII.
Mantenerse activo con regularidad mejora la forma física, favorece la salud intestinal y mejora la calidad de vida en general.
El ejercicio no sólo es seguro para muchos pacientes con EII - es parte esencial de un estilo de vida sano y equilibrado.
👉 La nutrición también desempeña un papel fundamental en tu forma física. No te pierdas la entrada de nuestro blog: 14 consejos de nutrición para la EII
📚 Fuentes:
Cramer H, Schäfer M, Schöls M, Köcke J, Elsenbruch S, Lauche R, Engler H, Dobos G, Langhorst J. Ensayo clínico aleatorizado: yoga frente a consejos escritos de autocuidado para la colitis ulcerosa. Aliment Pharmacol Ther. 2017 Jun;45(11):1379-1389. doi: 10.1111/apt.14062. Epub 2017 Abr 5. PMID: 28378342.
Wenzl, H.H. Actividad física, ejercicio y deporte en la enfermedad inflamatoria intestinal crónica. J. Gastroenterol. Hepatol. Erkr. 16, 72-79 (2018). https://doi.org/10.1007/s41971-018-0035-9